Evolucion
Según cuenta José Ángel Espinoza "Ferrusquilla", la popularidad comenzó cuando Mariano Rivera Conde, originario de La Noria, Mazatlán, y también esposo de la compositora Consuelo Velázquez, fungiendo como vicepresidente de la RCA Víctor, extendió contrato de grabación a "Ferrusquilla", posteriormente abriendo camino a Los Guamuchileños de Romeo Zazueta y a Cruz Lizárraga con la Banda El Recodo.
Estas primeras grabaciones con banda sinaloense datan de principios de los años 50 y fueron realizadas por Los Guamuchileños en 1952, Los Tamazulas de Culiacán con Discos Azteca en 1953, gracias también a la labor de Enrique Peña Batiz, un orador divulgador de la Banda Sinaloense quien llevó a los Guamuchileños a la ciudad de México en 1952, luchando a lo largo del tiempo por instituir un Día de la Tambora hasta su muerte el 15 de junio de 1998, siendo uno de los impulsores de la primera grabación de Banda Sinaloense. Después la tercera grabación se presentaría por parte de la banda El Recodo en 1958. Pero estos primeros registros eran solamente instrumentales, pues para cantar con banda sinaloense en la época comprendida entre los años 40-60 era necesaria una voz potente y educada como la de Luis Pérez Meza, el mismo que interpretó las creaciones más populares del maestro Francisco Terriquez: El Quelite (Inspirada en Chana Nuñez, una mujer de El Quelite, Mazatlán, con la cual nunca se casó), La India Bonita y El Sauce y la Palma; Aunque después algunas fueron registradas muy posteriormente por terceros.
Sin olvidar las aportaciones de conservación musical y divulgación, que tuvieron en el ejercicio artístico, las bandas y músicos durante el siglo XX y otros que aún, en el siglo XXI se mantienen en el trabajo de la música, como Los Hermanos Rubio de Mocorito, Banda Los Escamilla de Mazatlán, La Antigua Banda de los Tacuichamona, Banda de Alberto Ibarra de San Pedro, La Banda de Pedro Álvarez de Culiacán, Banda Sinaloense de los Hermanos Quiñones, Banda Los Tamazulas de Culiacán, Banda Ahome, Banda Los Mochis de Porfirio Amarillas, Banda Ejidal de Culiacán, Orquesta Muralla, La Orquesta de Miguel C. Castro autor de "Por qué lloras" y su dinastía en Guasave, Banda Orquesta de Salvador "Cachi" Anaya (Compositor de "Aquí la traigo y es para tí" después renombrada "Tecateando" quien posteriormente cediera los derechos de autor a forma de respeto mutuo y amistad a Germán Lizárraga), Orquesta de Nacho Millan y sus Vagos, el Guanajuatense Ángel Viderique - quien fue director de la Banda Sinfónica del Estado, formada con alumnos del internado, y también maestro de Manuel Flores Gastélum "Chino Flores" -, Banda Orquesta de los Hermanos Borrego, Orquesta de los Rivas (misma donde tocó Enrique Mora Andrade), Banda de Don Pánfilo de los Palos, La Orquesta de Toño Aguirre, Banda Guamuchil de Felizardo "Chardo" García Rojo, La Banda de Javier Vidriales, la de "Cheche" Sánchez de Mazatlán, Inocencio Palazuelos, Conrado Solís y su banda de Navolato, Nango Sánchez de Ixpalino, Banda Centenario de Cosala, Los Embajadores del Ritmo, Isidoro Ramírez "El Maestro de las Bandas", Alberto "El Pálpito" Zataráin Zamudio, Banda Maravilla de El Verde, Sebastián Sánchez, La Orquesta de Delfino Infante (Padre de Pedro Infante), Banda Petatlán, Luis Ibarra de Guasave, Pedro Álvarez, Octaviano S. Millan, Tirso Robles y Pancho Mena de los Mochis, Banda Orquesta de los Hermanos Meza, Banda Clave Azul de Mocorito, Banda Hermanos Urias, Los Texanos de Tepuxta, Banda Hermanos Aramburo, Banda El Limón, Banda Lizárraga Musical de Mazatlán, Banda Culiacán, Banda Los Coyonquis, Banda Sarao, Banda Los Porteños de Badiraguato y la Banda El Recodo de Don Cruz Lizarraga Sin olvidar a José Ángel "Ferrusquilla", Espinoza Aragón, Severiano M. Moreno y Enrique Sánchez Alonso "El Negrumo", entre otros.
Fue hasta después de los años 80 - a la muerte del Trovador del Campo -, que surgió una nueva generación de cantantes quienes, apoyados por modernos recursos tecnológicos, dieron un nuevo impulso a la banda sinaloense, para entonces ya conocida en muchas partes de México y Estados Unidos. Entre ellos se puede mencionar a Antonio Aguilar y Everardo "Lalo" El Gallo Elizalde. Cruz Lizárraga, considerado como el más grande divulgador de este género en México y el mundo, así como su hijo el maestro Germán Lizárraga, fueron los abanderados y la punta de lanza en el desarrollo y la evolución cultural de este género por toda la segunda mitad del siglo XX.
Con el tiempo, a través de una fusión rítmica o lírica la banda sinaloense se ha ido combinando con otros géneros musicales, incluyendo baladas, boleros, rancheras, corridos y cumbias. Una de las grandes reformas al estilo de tocar banda se le debe a Juan Carlos Abara, productor musical chileno que como director musical, logró posicionar este género dentro de la música de banda y con ello, revitalizar a la Banda El Recodo.
El hecho de que en el gran repertorio se localicen piezas de otras regiones de México se debe a la singular característica que aún predomina en el estilo de la música regional: tomar piezas del agrado de visitantes o de "moda" y adaptarlas al estilo regional. En el estilo sinaloense se encuentra muy arraigado el interpretar piezas de difícil ejecución provenientes de otros lugares del país, como sones jarochos o sones de la Tierra Caliente, así como de otros países. Un ejemplo muy claro es "El Cafetal", de origen colombiano y que originalmente lleva por nombre "Mi Cafetal"; esta pieza, al igual que "El Manisero", ha sido integrada al repertorio tradicional.
A lo largo del siglo XX, la popularidad de la banda sinaloense se limitó tradicionalmente al estado de Sinaloa. Sin embargo, a partir de finales de la década 1980 y durante toda la de 1990, ganó terreno en el resto de los estados del pacífico mexicano, así como en varios estados centrales. Para el nuevo milenio, la banda sinaloense se comenzó a hacerse popular en el resto de México.
A finales de la década 1980 surgió la technobanda, que prescindía de algunos instrumentos tradicionales (trompetas, trombones, percusiones, batería) para reproducir electrónicamente un sonido similar. Destacan en esta época agrupaciones como Banda Vaqueros Musical, Banda Machos, Banda Zeta, Banda Maguey, Banda Jabalí, Students Band, Banda Los Sinley, Banda Brava, Banda La Mentira, Banda Móvil y Banda Camino, que popularizaron un nuevo baile "quebradita", que se baila a ritmo de charanga (cumbia rápida). Sin embargo, no dejaron de compartir público con las bandas de instrumentación original como Banda El Recodo, Banda La Costeña, La Original Banda El Limón, Banda Los Recoditos, La Arrolladora Banda El Limón, entre otras.
De esta época proviene la tercera generación de cantantes reconocidos por acompañar su voz con banda Sinaloense, aunque su repertorio está definido más bien por exigencias mercadotécnicas: José Ángel Ledezma "El Coyote" y su Banda Tierra Santa, Valentín Elizalde, Julio Preciado, Lupillo Rivera, Jenny Rivera, Pedro Rivera, Juan Rivera, Chalino Sánchez, Gustavo Rivera, y bandas como La Arrolladora Banda El Limón y Banda MS todos dentro de un género musical ambiguo denominado "grupero" que abarca a grupos norteños, bandas sinaloenses, technobandas y grupos duranguenses.
Como reciente labor de divulgación cultural, con ayuda de la tecnología, se menciona el trabajo realizado por la Banda Sinaloense MM (institución artística intangible), explícito trabajo de calidad musical y comercial.
La popularidad comercial de la música de banda también ha favorecido la propagación del estilo y la instrumentación en otros rincones más alejados del noroeste mexicano. Por ejemplo, existe el caso de los Gemelos Valenzuela, que en un proyecto comercial-cultural y con el fin de dar un toque más popular a la música de banda, decidieron fusionar la instrumentación sinaloense con el estilo bravío del tamborazo. Aunque existen instituciones musicales dignas de admiración que se resisten a fusionar los estilos integrales regionales con otros, para así preservar el modo y la sonoridad auténtica de las agrupaciones nativas de dichos estados, el interés comercial ha sobrepasado el valor patrimonial de la rica música autóctona regional mexicana.
En los últimos años ha tenido establecimiento académico, instituyéndose en la región del noroeste mexicano, en especial en la ciudad Mazatlán escuelas que enseñan el género bajo programa curricular, de las cuales se obtienen títulos académicos que licencian el trabajo de ejecutante o instructor técnico en Banda Sinaloense en el estado de Sinaloa, se cuenta con el contenido pedagógico reglamentado sobre el estudio de este género. También; aunque no de forma especializada a nivel secundaria, es considerada dentro de los contenidos en los libros de texto correspondientes a la materia de educación artística aprobados por la Secretaría de Educación Pública.
He aquí que la propagación del estilo sinaloense, recientemente ha sustituido mucha de la rica variedad instrumental de otras bandas de viento originales que también cuentan con un estilo y sonido característico.
Aunque muchas bandas con la organología de la banda sinaloense, pretendan usar este nombre, el ejercicio profesional de las mismas, tanto sus grabaciones como sus años de experiencia repertorio, y su instrumentación, son el concluyente para denominar una banda sinaloense desde su origen; Pues muchas bandas que anteriormente fueron tecnobandas como, La Cuisillos y la Pelillos, hacían uso de instrumentación ajena al género tradicional. Bandas sinaloenses existirán muchas y seguirán formándose por todo México gracias a la comercialización del género, sin embargo, el repertorio y su modo de ejecución será siempre el símbolo que denomine a una banda musical con el nombre de "Sinaloense", y se distinga del sonido muy auténtico y rico de otras bandas mexicanas, como lo son: "El Tamborazo" Zacatecano, "Frijol con Hueso", "Banda del Bajio", "Banda Tradicional Guanajuatense" "Banda de Viento Tradicional Michoacana", "Banda Tradicional Oaxaqueña" y las Bandas tradicionales del Estado de Morelos, dónde las bandas comerciales han adoptado la instrumentación de la Banda Sinaloense buscando asemejar el estilo desde la vestimenta hasta el repertorio sin considerar que es un estilo ajeno a sus regiones y estilos de música originales.
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